Los aportes ingleses al desarrollo deportivo montevideano en el siglo XIX

por Gastón Laborido (gaston_laborido1@hotmail.com)

 

Inglaterra: “cuna” del Deporte Moderno

Como señala R. Velázquez Buendía (2001), lo que hoy se conoce como deporte surgió mediante un proceso de transformación de juegos y pasatiempos tradicionales iniciado por las elites sociales y en el que tuvieron un papel clave las “publics schools” y los “clubs” ingleses. Por lo tanto, el deporte moderno como institución y fenómeno de las actuales sociedades es producto de una ruptura histórica, nació en Inglaterra, cuna de la Revolución Industrial y espacio clásico del modo de producción capitalista, a fines del siglo XVIII y en los albores del XIX, y adquiere una enorme complejidad social y cultural a partir de la segunda mitad del siglo XIX. La revolución industrial estableció la diferencia entre tiempo de trabajo y tiempo de ocio, en cual el deporte pasó a ocupar un lugar significativo.

A su vez, el deporte como institución social propia de las sociedades industriales, tiene una compleja organización, cargado de instituciones, parámetros organizativos, multiplicidad de roles nítidos y sin significación religiosa. En consecuencia, el deporte moderno posee características diferenciales que se originan en las circunstancias sociales y ambientales creadas por el desarrollo de la civilización industrial durante el siglo XIX. Posteriormente, fábricas y deportes se exportaron a prácticamente todo el resto del mundo, creando una nueva etapa de la que el deporte es parte substancial de este fenómeno. 

El deporte moderno es propio de Inglaterra y se caracteriza por: una actividad física e intelectual humana; de naturaleza lúdico/competitiva; institucionalizada que permite el reconocimiento, el control, el desarrollo y la implantación de reglamentos; regidas por reglas que definen las características de la actividad y de su desarrollo; con parámetros organizativos; multiplicidad de roles nítidos y sin significación religiosa. 

Una de las instituciones fundamentales del deporte moderno es el club. El club, entendido como asociación de individuos que se agrupan por tener los mismos intereses nace en Inglaterra antes del siglo XIX. Los primeros clubes deportivos que surgieron fueron fundados con carácter restrictivo por los aristócratas ingleses: el Royal and Ancient Golf Club en 1754 y el Marylebone Cricket Club en 1787. 

La consolidación del deporte moderno es un fenómeno paralelo a la consolidación del imperialismo del siglo XIX. El imperio británico exportó sus prácticas deportivas a los cinco continentes, junto con sus mercancías. De esta manera, se difundió la cultura británica y el fenómeno deportivo, teniendo en algunos territorios mayor receptividad que en otros.

 

Movimiento clubista en Montevideo y desarrollo de los Sports

La presencia inglesa en el Río de la Plata se remonta a la época colonial y se intensificó a partir del momento en el cual se profundizaron los cambios del proceso de la Revolución Industrial en aquel país a mediados del siglo XVIII.

Uno de los episodios en los cuales se evidencia la presencia inglesa en el Rio de la Plata, ocurrió entre 1825 y 1830. Allí se generaron acontecimientos que dieron como resultado la formación del Estado Oriental independiente. Los sucesos transcurren desde la formación de un Gobierno Provisorio en Florida y que tendrá como episodio relevante la Convención Preliminar de Paz, celebrada en 1828 entre delegados del Imperio del Brasil, de las Provincias Unidas y de Inglaterra, bajo la mediación del Lord John Ponsonby. Los resultados de esta Convención fueron ratificados el 4 de octubre de 1828. Uno de los puntos de la Convención Preliminar de Paz, estableció que se debía instalar un Gobierno Provisorio y una Asamblea Legislativa Constituyente que tendría como tarea elaborar la primera Constitución del Uruguay, jurada el 18 de julio de 1830. Así, se inició el Estado Oriental del Uruguay como libre e independiente.

La situación del naciente Estado Oriental era crítica, luego de varios años de revolución y lucha por la independencia (1810-1830). Presentaba un atraso económico caracterizado por la monoproducción ganadera con un sistema de explotación arcaica. A esto, le sucedió la Guerra Grande (1839-1852), que involucró las tendencias políticas del Uruguay y la Confederación Argentina (blancos y colorados: federales y unitarios), el Imperio del Brasil y las potencias industriales en expansión como Inglaterra y Francia. Luego de la Guerra Grande, es que se roturaron tierras. En cuanto al sistema de propiedad, en el medio rural predominó, hasta el día de hoy, el latifundio. En consecuencia, surge un antagonismo entre el campo y la ciudad como núcleos opuestos.

En el Uruguay, la práctica de los deportes modernos surgió naturalmente en la colectividad británica. El deporte llegó a Montevideo en el siglo XIX, cuando los ingleses lo introdujeron en el Río de la Plata y en otras partes del mundo, de la mano del ferrocarril, intercambios con la marinería y de la acción de los colegios ingleses. Como señala J. C. Luzuriaga (2009), su difusión en la sociedad uruguaya siguió la misma lógica que en Gran Bretaña y en otros países, pasando de las elites al resto de la población en forma de cascada.

Entre 1830 y 1855 se encuentran las bases del desarrollo deportivo en el Uruguay. Lo más importante en este período, fue la fundación del primer club: el Victoria Cricket Club, fundando por los ingleses, que llevaban el espíritu del deporte, en octubre de 1842. La institución tuvo entre sus concurrentes asociados a la zona de su creación, Pueblo Victoria (próximo al Paso Molino), próximo al saladero del inglés Samuel Lafone, quien fue uno de los impulsores del club. El nombre fue en honor a la reina de Inglaterra, aunque algunas versiones plantean que se debe a la localidad donde realizaban la actividad. 

Los concurrentes realizaban todos los jueves los “Días de Sport” a través de prácticas y partidos de Cricket, deporte más popular en Inglaterra en esa época. Allí estuvo el primer campo de deportes del Uruguay, por esto es que se considera que fueron los ingleses quienes introdujeron el deporte en el Uruguay. Mientras tanto, en Argentina, comienza un proceso similar al Uruguay, caracterizado por la fundación inglesa de clubes a lo largo del siglo XIX.

El club tuvo una breve historia, ya que desapareció como consecuencia del sitio a Montevideo establecido por las fuerzas del Partido Blanco (con apoyo argentino) encabezadas por el Brigadier Oribe y que se prolongó durante toda la Guerra Grande, hasta 1851. Esto implicó, que los ingleses no pudieran salir más de los muros de la ciudad. 

 

El cricket

Si bien existió en nuestro país la experiencia del Victoria Cricket Club, entidad creada en 1842, hubo que esperar hasta la década del sesenta del siglo XIX para ver el surgimiento de los primeros clubes deportivos estables.

Diez años después de la paz del 8 de octubre de 1851 y de la mano de los residentes ingleses, influyentes hombres de negocios, comercio, actividades agropecuarias y de empresas como ferrocarriles, tranvías, aguas corrientes; se consolidará el deporte moderno e institucionalizado en Montevideo.

La fecha que da nacimiento al deporte continuado en el Uruguay, fue el 18 de julio de 1861, cuando en coincidencia con la fecha patria del 31 aniversario de la Jura de la primera Constitución del Uruguay, se fundó el Montevideo Cricket Club en una reunión celebrada en la Confitería Oriental (donde hoy está ubicado el Edificio Central del Banco República), sitio de reuniones de la alta sociedad y de hombres de empresa y negocios. Sus fundadores y primeros integrantes fueron ingleses, que provenían de diferentes áreas, entre ellos se destacan los pioneros del Victoria Cricket Club: J. Pickering, H. Hughes, R. Mac Lean. Junto a ellos participaron hombres vinculados al Banco de Londres y del Río de la Plata y Comercial (O`Neill y Lawry, Ruding y Fuller); a la francomasonería (Lumb, Towers, Fortes, Crane); al Templo Inglés (Hocquart y Adam); quien fuera el primer presidente del “English Club” en 1868 (Krabble); quienes fundarían posteriormente el Montevideo Rowing Club (Gigson, Miles, Stirling, Onslow); comerciantes británicos (Gowland y Oldman), quien construyera el Teatro Solís (Thomas Harver); entre otras personalidades británicas.  

El club tuvo entre sus socios representantes de todos los sectores de la colectividad británica. En 1863 se instala en Montevideo la sucursal del Banco de Londres, y sus funcionarios se asociaron al Montevideo Cricket Club. Como señala J. C. Luzuriaga (2009), dentro de sus miembros asociados, habían tres categorías: a- los de nacionalidad británica y sus hijos, agrupados por sus ocupaciones; b- los oficiales de las naves británicas de estación en el puerto de Montevideo; y c- los alumnos de los centros educativos británicos.

El objetivo deportivo inicial del club se encontraba en la práctica del cricket, basado en los reglamentos de 1774 y las posteriores modificaciones establecidas por el Marylebone Cricket Club de 1787 (fundando en Londres, uno de los clubes de cricket más antiguos y prestigiosos del mundo). El cricket como deporte, tiene sus antecedentes en juegos del siglo XVI, ya en el siglo XVIII gozaba de gran popularidad en las villas y ciudades inglesas.

En 1862 se registra la primera importación desde Inglaterra de material deportivo que conoce el Uruguay: bates y pelotas para la práctica del Cricket, directamente realizada por el Montevideo Cricket Club, estableciendo contactos con el Buenos Aires C. C. De acuerdo a J. Buzzetti y E. Gutierrez Cortinas (1965), citan una nota del diario “El Siglo” del año 1863, que señalaba: “los ingleses se divierten jugando al cricket en una quinta cercana a la Unión y los alemanes haciendo rodar el bolo, en el establecimiento titulado Au Cabanon Chez Pascal”. Para algunos autores, esta sería la primera crónica deportiva criolla.

 

El remo

El proceso económico uruguayo del último cuarto del siglo XIX implicó la fuerte presencia británica en la región. En este sentido, como indican J. Buzzetti y E. Gutiérrez Cortinas (1965) “en ese clima general, también se extendió el deporte. Y por primera vez se empieza a agitar el ambiente tras la fundación de un club deportivo de regatas, que tomó concreción dentro de la colectividad inglesa” (p. 40).

El 8 de mayo de 1874 surgió una nueva institución deportiva de residentes británicos, un club de remeros: el Montevideo Rowing Club. El contacto portuario y naviero inspiró a un grupo de residentes ingleses a la organización del club. Muchos de sus fundadores estaban ligados directamente a las tareas del puerto: eran dueños de barracas de importación (como Wilson o Elliot); o de muelles particulares (como los de Victoria y Colón); o los industriales relacionados con la reparación de barcos y varaderos (como Federico Humphereys); o simplemente residentes ingleses que ya habían practicado remo en el Támesis (como Fraser o Ludeke). Todos ellos dieron el impulso para fundar un club de remo, ya que los criollos se mostraban indiferentes a deportes como este, aún siendo un país con extensas costas marítimas y fluviales.

La fuerte presencia inglesa en el Río de la Plata supuso la implantación de los deportes modernos. Antes de la fundación del Montevideo Rowing Club, en Argentina el remo comenzó hacia 1857-1858 en la Recoleta. En 1873 apareció el Buenos Aires Rowing Club y tuvo su réplica en Montevideo.

El Montevideo Rowing Club fue fundado en el Hotel Central de Montevideo y según sus actas se reunió la Asamblea Preliminar constitutiva el 8 de mayo de 1874. Sus fundadores fueron 48 y se nombró como presidente de esa asamblea a Samuel Alejandro Lafone Quevedo, quien era hijo del inglés Samuel Fischer Lafone, importante dueño de saladeros de Montevideo. Samuel A. Lafone, al igual que su padre era una figura importante en las esferas económicas y sociales en el Río de la Plata, ligado estrechamente al capital británico. A su vez, Samuel A. Lafone tenía trayectoria en la práctica del remo, en 1870 tripuló el “Lala” que ganó la primera regata trascendente del remo argentino entre el Tigre y el muelle de Buenos Aires. 

 

El turf

La influencia británica se aprecia en el turf, por ejemplo, en las primeras carreras de caballos en Montevideo. En enero de 1855 se iniciaron las carreras extranjeras llamadas también inglesas en las inmediaciones del saladero de Legrís.

Arnaldo Gomensoro (2015) señala que las carreras “a la inglesa” tenían como escenario los hipódromos. El primero de ellos se construyó en Punta Carretas en 1861, donde hoy se ubica el centro comercial (shopping) de esa zona.

En la década del 70 del siglo XIX, más allá de la Plaza de Toros de la Unión funcionaba otro hipódromo inaugurado en 1867 para “Carreras Nacionales”, ubicado en las proximidades de Maroñas a impulso de la “Sociedad Hípica” presidida por el Gral. Francisco Caraballo. Como indica Aníbal Barrios Pintos (1971), hay registros de que en enero de 1872 corrían caballos de José Pedro Ramírez y del Gral. Caraballo y la prensa daba la cifra de $40.000 apostada a los caballos favoritos. 

En 1875 Tomas Tomkinson y un grupo de ingleses estableció un hipódromo en Maroñas con la denominación de “Carreras de los ingleses”, que rápidamente dio animación a la zona. Este hipódromo fue construido en 1874 por la comunidad inglesa. El nombre que recibió el escenario fue “Nuevo Circo Pueblo Ituzaingó”, pero era conocido como el “Circo de Maroñas” en referencia al antiguo propietario de las tierras donde se instaló y donde está emplazado actualmente. Esos terrenos pertenecieron a Juan Maroñas, un importante pulpero de la zona.

El nombre originario del Hipódromo está vinculado al lugar donde nació. Del 19 de octubre de 1874 datan los planos del Pueblo Ituzaingó realizados por Demetrio Isola. En el siglo XX se transformó en uno de los barrios de Montevideo. Originariamente las calles llevaban nombres tales como Victoria, 18 de Julio, Cerrito, Sociedad Hípica. El barrio se trazó en torno a una capilla que había mandado erigir el ciudadano José Pedro Ramírez alrededor de un cuarto de siglo antes, por 1850. Dicha capilla es hoy la iglesia parroquial de Santa Rita y además santuario nacional de dicha santa católica.

El 15 de noviembre de 1888 se fundó el “Jockey Club” de Montevideo. Este hecho fue fundamental en la historia del Hipódromo de Maroñas, debido a que poco tiempo después el escenario fue adquirido por el Jockey Club de Montevideo, organizando las primeras Carreras Nacionales. El hipódromo fue inaugurado oficialmente el domingo 3 de febrero de 1889 la institución inició sus actividades organizando su primera reunión hípica. La primera carrera contó con una numerosa concurrencia, con la asistencia del entonces presidente de la República, general Máximo Tajes, quien fue uno de los representantes de los poderes públicos, dirigentes y socios del “Jockey Club” y miembros de la sociedad montevideana. El club tuvo como primer Presidente a Pedro Piñeyrúa y como vicepresidente a José Pedro Ramírez; Horacio Areco su tesorero y Carlos Sánez de Zumarán como secretario. 

 

El fútbol

En Inglaterra la práctica del fútbol se inició en los colegios secundarios. La misma lógica se repitió en los colegios ingleses de todo el mundo y obviamente también en Uruguay.

En 1874 se creó en Montevideo The English High School y realizó el mismo tipo de enseñanza que la que desarrollaba en Buenos Aires su homónimo, bajo la dirección de Alexander Watson Hutton. Era basada en formación intelectual y cultura física, promoviendo la práctica de todos los deportes. Watson Hutton fue pionero en el desarrollo deportivo de la Argentina, en particular del fútbol, creando la “Argentina Foo-Ball Association League” en 1891 y definitivamente en 1893.

El English High School de Montevideo estuvo inicialmente a cargo de Henry Castle Ayre; y fundó en su colegio un espacio para el deporte: el Montevideo English High School Junior Cricket and Athletic Club. En 1885 llegó a Montevideo William Leslie Poole, quien era bachiller de Cambridge. Se desempeñó como profesor de inglés hasta 1920. Era un sportsman por excelencia, ya que incursionó en fútbol, remo, criquet y rugby y llevaba a sus alumnos a practicar esos deportes a Punta Carretas.

En 1885 se fundó The British School, que era dirigido por Thomas J. Ashe y también impulsó el deporte de acuerdo a los métodos pedagógicos de su país. Sus alumnos tuvieron activa participación en justas atléticas y en los primeros partidos de fútbol, ante el Albion y el CURCC. Ashe también fue figura de relieve actuando en el Montevideo Cricket Club y en el  Montevideo Rowing. 

La última década del siglo XIX inauguró una etapa de cambio en el deporte nacional: a-surgieron numerosos clubes; b- se registró el desarrollo intensivo del fútbol; c- iniciación del proceso de integración masiva del criollo en el deporte.

Desde el punto de vista deportivo, el período se caracterizó por la eclosión futbolística. “Esa eclosión del fútbol, terminará con el primer apogeo de cada uno de los deportes, condenándolos a pequeños círculos o a escasa aceptación popular” (J. Buzzetti y E. Gutiérrez Cortinas, 1965, p. 63).

Durante esos diez años de eclosión deportiva, se fundaron numerosos clubes: Albion, Central Uruguay Railway Cricket Club (luego llamado Peñarol), Nacional de Regatas, Nacional de Velocipedismo, Nacional de Fútbol y otros. Los repetidos apelativos de “Nacional” revelaban la intención de dejar establecido el criollismo de las agrupaciones.

Una figura clave del primer club específicamente de fútbol en Uruguay y que además tuvo un origen netamente uruguayo fue Henry Candid Lichtenberger Levins. Lichtenberger nació en 1873, era alumno del English School y discípulo de Poole. Tenía 18 años cuando en mayo de 1891 invitó a compañeros del Colegio a fundar un club de fútbol, denominado Football Association. La respuesta fue positiva y el 1° de junio de 1891 el club comenzó a funcionar con 23 miembros. La primera Comisión Directiva estuvo presidida por William Mac Lean, con H. A. Woodcock (secretario), H. C. Lichtenberger (tesorero), Andrews Clark (delegado); J. D. Woosey (capitán) y G. P. Swinden (vicecapitán).

El equipo adoptó una casaca blanca con una estrella roja en el pecho como primer distintivo cuando jugasen contra cualquier club o colegio. El primer estatuto daba cuenta que se trataba de un club uruguayo, donde se rechazaba la presencia de jugadores extranjeros, cualquiera fuese su origen. De acuerdo a J. Buzzetti y E. Guiterrez Cortinas, “no se trataba de negar su ascendencia inglesa, era simplemente el orgullo de sentirse orientales que los impulsaba a expresarse como tales deportivamente” (1965, p. 71).

 

 

Referencias:

  • BARRIOS PINTOS, Aníbal (1971). Los barrios (II). Montevideo: Nuestra Tierra.
  • BUZZETTI, José y GUTIÉRREZ CORTINAS, Eduardo (1965). Historia del deporte en el Uruguay (1830-1900). Montevideo: Ed. De los autores.
  • GOMENSORO, Arnaldo (2015). Historia del Deporte, la Recreación y la Educación Física en Uruguay. Crónicas y relatos. Montevideo: IUACJ.
  • LABORIDO, Gastón (2018). Origen de las actividades físicas, recreativas y deportivas en Montevideo. En: NEXO Sport (n° 429), dic. 2018, Montevideo (pp. 20-23). 
  • LABORIDO, Gastón (2019). Origen del fútbol en Montevideo y la construcción de su espacio en la prensa. En: Recorde; 12 (n° 1), jan./jul. 2019, Rio de Janeiro (pp. 1-18).
  • LUZURIAGA, Juan Carlos (2009). El football del novecientos. Orígenes y desarrollo del fútbol en el Uruguay (1875-1915). Montevideo: Santillana.
  • REISCH, Matilde (2012). Movimiento clubista y desarrollo deportivo en el Uruguay. En: Cuadernos de Historia 8, Montevideo: Biblioteca Nacional (pp. 19-33).
  • VELÁZQUEZ BUENDÍA, Roberto (2001). El deporte moderno. Consideraciones acerca de su génesis y de la evolución de su significado y funciones sociales. En: Lecturas: Educación Física y Deportes, Revista Digital, Buenos Aires, año 7, nº 36, mayo. Disponible en: http://www.efdeportes.com/efd36/deporte.htm
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